Los comerciantes de la zona están alarmados por la disminución constante de los niveles de agua en la Presa de La Boca, lo que ha llevado a que incluso los catamaranes deban ser desplazados para evitar atascos debido a la falta de líquido.
La tierra está avanzando sobre el agua, una situación que ha llamado la atención tanto de los visitantes como de aquellos que trabajan en este destino turístico.
Las preocupaciones se extienden a los residentes de la ciudad, quienes también han experimentado recortes en el suministro de agua.
La advertencia del director de Agua y Drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán, de que la Presa de la Boca tiene solo entre 15 a 20 días de vida sin lluvias que revitalicen los afluentes, agrega urgencia a la situación.